Para llegar al objetivo de este año, el mes de octubre fue el
mes de preproducción que se caracterizó por la creatividad, la paciencia y la
ilusión de un esfuerzo colectivo cuya misión consistió en celebrar la vida, en
el contexto de una fecha muy especial; fecha que marca en el calendario la
anhelada visita de nuestros muertos, que desde El Mictlan o El cielo, vienen
hasta aquí durante un largo viaje; vienen hasta este lugar en que seguimos para
continuar bendiciendo la vida con nosotros y con nuestras tradiciones,
aderezadas con la mezcla de otras culturas y otros símbolos.
Un año más que salimos avante dado el reto que
representó la lluvia, casi el 90% de la decoración era susceptible de ser
languidecida por ella, afortunadamente resistieron los invitados de este año
pese a las características de los materiales utilizados que sirvieron para
darle vida a la sección Sirenas: las calaveras de los distintos personajes
populares de la cultura mexicana como también de los personajes que ya forman
parte del imaginario en el mundo. Cráneos del “Chavo del ocho”, “Las chivas del
Guadalajara” “El Cruz Azul”, “Frida Kalo”, “Iron Man”, “El hombre araña” o “El
rayo de Jalisco”… por mencionar algunos, fueron hechos con materiales
reciclables que el agua pudo haber destruido fácilmente. “La Catrina” que dio
la bienvenida a la altura de la pluma, lo mismo; al igual que “La Calabaza
Gigante” y la pareja de “Catrina” y “Catrín” enlazados por sus falanges y el
Zombie, que justo se encontraba a un lado de ellos ¡Qué mejor imagen, símbolo
de un mundo globalizado! Tampoco podían faltar las Calaveritas literarias, los
cuerpos de los sin nombre y la tumba de los 43.
Un día como el pasado jueves significó la llegada de nuestros
seres más amados, desde mundos paralelos, para ser testigos de que la vida
continua con su espíritu acompañándonos, brindándonos una caricia almática que
nos empuja a continuar porque el ciclo de la noche y el día es un continuum, y
quienes aquí seguimos, los recibimos con las ofrendas, la fiesta, el jolgorio y
la alegría de saberlos con nosotros porque solo el olvido es verdadera
ausencia.
El uno de Noviembre en el mundo terrenal de Sirenas fue el día
de la locura porque las aguas apenas dieron tregua para montar todo lo que
preparamos, tanto para aquellos que vienen desde distintos puntos de la
colonia, como para nosotros mismos; y aunque con pausas, y con un programa que
no se cumplió del todo a cabalidad, sí que estuvo presente la ingeniosidad del
mexicano para ultimar los detalles del día y ofrecer lo mejor de quienes
formamos parte de este esfuerzo para cerrar la jornada exitosamente con las
incorporaciones hechas para el Festival de este año, para la apuesta del día:
“La silla eléctrica”, “La Calabaza Gigante” y Catrinas como Catrín.
Cerramos, pues, este ciclo, ciertos de que una vez más
hemos cumplido… y refrendamos el compromiso de mantener, con los recursos que
nos caracterizan, este vínculo que solo busca mantener vivo el espíritu de la
comunidad en fechas tan significativas como el Día de Muertos.
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