jueves, 17 de diciembre de 2015

Perfil del perfilador



En la academia Ultraversal me han enseñado
a resolver las diferencias con el verso
pero al cobarde que se pasa de perverso,
y va esparciendo su veneno por mi prado,
habrá que darle un ansiolítico rimado.
Se dice un tipo defensor del clan bendito
con el matiz en un ensayo de erudito
y la retórica vulgar del buen estulto
cuando su ejército de dos con el insulto
ladra cual perro chihuahueño por huesito.

Vergüenza ajena me genera su cruzada:
de solitario promotor de la verdad,
reclutador de egos dolidos, por piedad,
multifacético perfil en su mirada
que bien se ve que opera mal en su charada.
Quiere jugar con las palabras al oído
de quien le presta su atención, en el sentido,
de concederle el beneficio de la duda.
Mas se sulfura si lo mandas con el Buda
o no le brindas en tu réplica un cumplido.

En la grandeza de su verbo y su egotismo
no oculta bien toda la pus de su manía:
prefijo mega que antecede a lomanía,
su mal de amor, y algunos más con otro Ismo.
En lo privado va ofreciendo su altruismo
para después en su república —la trampa—
crear la intriga al publicar toda la estampa:
conversaciones que lo atrapan en su red
un infeliz lleno de odio y mucha sed…
yo se la calmo, con un trago en el Tenampa.*

Tequila o ron, o si prefiere algún buen vino
a ver si pone en paz sus tres o cuatro ideas,
sus cuatro o cinco Mister Hyde en las plateas
y reformula su estrategia de cretino,
que lee libros y se piensa que el destino
lo ha iluminado, encomendándole Justicia.
Mas la impaciencia de escupir tanta inmundicia
le está cobrando, por su error con un buen hombre,
que descubrió su, ¿verdadero y real nombre?
A él y a Emma les preocupa su impericia.

Ya no quisiera desgastarme en este asunto
mas él se acerca y se aprovecha de mi gente
con el propósito de herir, abyecta-mente,
a dos personas y un proyecto en su conjunto.
Voy a callarme, pero dejo claro un punto:
si este individuo continúa sus campañas
de burda injuria, de amenaza y malas mañas,
saldrá muy firme la ocurrencia de mi pluma
a hacer la cuenta, el inventario del que suma
sus incongruencias discursivas y patrañas.



© Gonzalo Reyes

* El Salón Tenampa es un tradicional e histórico restaurante Mexicano
ubicado en Plaza Garibaldi.


martes, 15 de diciembre de 2015


A nar con sus comparsas



Aparecieron dos patéticos anarcos
medio fundidos del cerebro: solo ríen,
e injurian, ríen y difaman cual chalados
que no articulan más que “ideas” baladíes.

Cuando les quitan el chupón, ambos muy malos,
secundan uno al otro, fieros paladines,
una cruzada a su estatura de chaparros
con todo aquel a quien envidian por ser firme

y defender con convicción su casa, Ultra.
Cómo se mira que no saben del honor
ni de morir por una causa frente al sol.

¡Claro!, su forma de pensar resulta absurda:
si maldecir es para ellos ser malditos,
pues que maldigan a su hogar los dos ridí-culos.

Y como dije al yihadista mayorcito
no me provoca hilaridad su mala leche,
ni su demencia a risotadas deprimentes.

© Gonzalo Reyes

viernes, 11 de diciembre de 2015

Mujeres IX

Hacer un retrato en 14 versos de las personas que quieres y admiras, no es una tarea fácil porque siempre habrá detalles que queden fuera del cuadro que se intenta. Más aún, cuando el filtro de colores que se aplica es el de la subjetividad, pero el cariño no reconoce ningún otro.


Un pequeño, muy breve pincelazo de la inabarcable Morgana de Palacios.


Tejedora

Para Morgana de Palacios

Tejer el verso como ella, con maestría,
en estos tiempos de internet y tanto aplauso
— lector asiduo de la red que no es incauto—
es claro ejemplo de nobleza en esta viña,

un compromiso con usted querido hermano
si aprecia el alma de la técnica que brilla
con la pasión de su cantera muy distinta
al facilismo tan soez que tira dados.

Leer su verbo es despertar, es sacudir
las emociones más arcanas, más ocultas;
ligar demiurgos de palabras con la música.

Hurgar su letra es encontrar la luz febril,
la onda expansiva del sentido que te envuelve
cuando se interna por los ojos el presente.


© Amarante M Matus
*Ilustración de la artista Deborah Klein