domingo, 27 de abril de 2014


Divagando en la evocación
(Un cuadro de mi gente)

 


En el encuentro diario con el verso
me sorprenden las dulces expresiones
de tus gestos sinceros, tan bribones
gozando como niña en tu universo.
Amaste a tu bisnieto pulcro y terso
que te orinaba mientras lo bañabas,
pateando en su tina sin las trabas
y tu nieta, mirándoles rendida.
No se van las imágenes —querida—
en la gramática de las puntadas.
 
 
Hoy que camino tu camino, viejo,
comprendo tu molestia y frustración,
tu franco sonreír, tu bendición
el pan, el sol, la luz, el azulejo.
Retoco sobre el sepia algún bermejo
donde aparecen el señor Malpica
sin renegar de Reyes que abanica,
el agradecimiento a sus tutores.
Dos almas que te dieron sus fulgores
haciéndote un señor de esencia rica.
 
 
Pocahontas, llegaste con el viento,
tu amor fue amor de juventud pasmosa
que despuntó sin retirar la losa
que poco a poco se comió el cimiento.
Desde entonces no soy por el momento
de reconciliación con el amor
pues mi alma agradecida y sin temor
vive una danza al ritmo de amistades
que son la plenitud de claridades
¡Un regalo del tiempo y su valor!
 
 
Me quedan pocos versos en el día,
tres cantaron su alegro de otra era
otros tres ya han sembrado en primavera,
uno más, aún reina en mi abadía.
Pierdo y hallo mis sendas, mi alegría
plantándole a la muerte, la esperanza
tejiéndole al ayer, su remembranza
sin olvidar de agradecer por hoy.
Se pinta un buen futuro a donde voy
—sin importar la sombra él dice: avanza—
 
 
 
© Amarante M Matus

 

 

 

 

 

jueves, 17 de abril de 2014


 
Crónica del adiós virtual al General


Los muros del facebook están de luto
e igual podrían decantarse pálidos
porque el adiós a Gabo con ciertos tonos cálidos
es lo mínimo al hombre que nos brindó su fruto. 
 
Hoy, en el mundo de habla hispana llueve
y la lluvia asemeja un diluvio en Macondo
porque su creador partió tan hondo:
hacia el realismo mágico donde mejor se mueve.
 
En fotos y discursos se cuela el sentimiento
de aquel que lo leyó con afán, con cariño
¡Vaya! Con el espíritu de un niño.
 
Pero con pena leo al poser descontento
que no pierde la chance de un poco de atención
a costa de tremendo figurón.
 
 
 
No sé si partes levitando al cielo,
lo que sí sé, hay que vivir el duelo.
 
Amarante M Matus
 

 

 

 


Confesiones de un rollero


 



Me acuso de rollero transigente
pobre en la cita y el lenguaje culto
que emplea el parloteo inteligente
 en la denuncia del panfleto oculto. 
 
Me acuso, protestante reincidente
que no recurre al potencial insulto
y en la batalla argumental demente
le dan y pega sin sacarle al bulto.
 
Cargo de honor el filo de mi labia
si discutiendo ideas me tienden un garlito
por mucho que mi ánimo se encienda.
 
Como oponente voy de forma sabia
que al ir por ti le reces, al mismo Dios bendito,
pa' no sangrar tu ser en la contienda.
 
 
 
Amarante M Matus
 
* La imagen es de un libro llamado "Aprendiendo a dibujar", es decir, de ahí la copie cuando hacíamos ejercicios para ver nuestros avances.

martes, 8 de abril de 2014

María bonita, María del alma



María

 

Para el flaco de oro fuiste la más bonita.
Se enamoró cual tonto del alma de tus ojos,
la que nos presentó Gabriel con sus despojos
capturando con prístina magia la malaquita.
 
Quien ignoró en las ánimas tu andar de sibarita
no resistió tu encanto y se rindió de hinojos
a tu inusual belleza, violando los cerrojos
que  había colocado desde su primer cita.
 
No te gustó el norte y conquistaste Europa,
puliste a la persona incendiando la estopa,
creando al personaje
 
que siempre te acompaña rindiéndote homenaje
    por ejemplo el de hoy, el de este centenario —
ondeando tu lemario.

 


·        lemario. 1. m. Ling. Conjunto de los lemas o entradas que contiene un repertorio lexicográfico

Sí algún personaje de nuestra cultura popular consiguió construir un repertorio (lexicográfico y corporal) alrededor de su persona en una perfecta simbiosis con su creación, ese personaje fue María Felix, por antonomasia “La Doña”.

 
 

Amarante M Matus

domingo, 6 de abril de 2014


El tramposo





Me tachan de tramposo
porque recurro a ti, querido diccionario
como si yo no fuese más que un hombre gregario
encima, un poco umbroso.

Han de pensar que solo elijo de un muestrario
—cual espíritu soso—
letras como baboso
detestando el estudio y su destinatario.

Que por la vida voy pasando lista
buscando que la gente me piense de revista
como si hacer poemas, no implicase de curros.

Está bien, lo confieso, amo mi tumbaburros
porque mi mente viaja sin fumarme los churros
en ésta plenitud inconformista.


Amarante M Matus