martes, 15 de diciembre de 2015


A nar con sus comparsas



Aparecieron dos patéticos anarcos
medio fundidos del cerebro: solo ríen,
e injurian, ríen y difaman cual chalados
que no articulan más que “ideas” baladíes.

Cuando les quitan el chupón, ambos muy malos,
secundan uno al otro, fieros paladines,
una cruzada a su estatura de chaparros
con todo aquel a quien envidian por ser firme

y defender con convicción su casa, Ultra.
Cómo se mira que no saben del honor
ni de morir por una causa frente al sol.

¡Claro!, su forma de pensar resulta absurda:
si maldecir es para ellos ser malditos,
pues que maldigan a su hogar los dos ridí-culos.

Y como dije al yihadista mayorcito
no me provoca hilaridad su mala leche,
ni su demencia a risotadas deprimentes.

© Gonzalo Reyes

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