jueves, 29 de octubre de 2020

29 – 10 – 2020


 


 

Buscaba chamba la Catrina

cuando me vio muy pensativo;

le confesé ser un cautivo     

de su leyenda, su doctrina.

En esa hora azul y andrina

me perdonó la inexistencia

y me encargó para la audiencia

cada año diez, o más, baladas

que los atasen a las gradas

y así elegirlos con paciencia.

 

Soy una especie de vocero

que desde entonces firma coplas

pues las atrapa en sus manoplas

como un ilustre beisbolero.

Si pierdo gano… y eso quiero

porque la dama de la noche

podría un día que se moche

—con su enigmático atractivo—

ponerme casa y un olivo...

alimentar mi yo fantoche.

 

Sin duda es una tontería

pensar, correr con tanta suerte…

porque los tiempos de la muerte

no son de chiste o fantasía.

Así que mientras nace el día

sigo jugando a consonantes

quien quita y llegan las amantes

y la Catrina se despierta

yendo por mí hasta la puerta

y ahí la encierro sin vacantes.

 


© Gonzalo Reyes 

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