jueves, 18 de julio de 2024

Amigo, Nef


 

Con los años aprendes que una mala noticia, algunas veces, la debes recibir con gratitud y no por que seas masoquista sino porque le preceden un montón de instantes que le dieron sentido a todo ese tiempo que glosa esa noticia.

 

Con el tiempo entiendes que una mala noticia es un mal momento y como tal pasa, se va, es efímera y después de asimilarla, asumirla y verla al rostro, puedes mirar el aprendizaje que trae porque nunca llega sola y no todo lo que trae puesto es negativo.

 

Con la experiencia sumas sabiduría, sabiduría que te ayuda a comprender que una mala noticia te fortalece porque descubres algo que no sabías; no sabías, por ejemplo, que gozas de entereza ante la adversidad y en la repisa de lo cotidiano entiendes, con connotada humildad, que tu tránsito es apenas un segundo de luz y no tienes una razón de peso para desaprovechar un micro de ese regalo denominado tiempo.

 

Con el tiempo querido amigo, con la bendición del tiempo vas a descubrir que una pequeña pausa en la aventura de la convivencia, del brindarse y conocerse, reconocerse reconociendo la trascendencia de los demás en uno y en el nosotros… con el tiempo descubrirás que lo de hoy, que la mala noticia del hoy será la pauta de tu crecimiento, mañana.


© Amarante M Matus


jueves, 11 de julio de 2024

Hasta pronto



Me toca improvisar unas palabras

o retratar un sentimiento blue.

Nunca ha sido sencillo despedirse

incluso el conocerse en el camino

con cierta luz de gris melancolía.

A veces los apegos son cadenas

pero también un vínculo granate.

A veces los afectos sobreviven

ungiendo de apapachos y arcoíris

la amistad que amuralla las querencias;

idilio que se expresa en cada huella,

nota, indicio o sentir del alma azul

a punto de reboso ante un adiós.



© Gonzalo Reyes

* imagen de momo - m_ende by gabrielladambrosio on deviantart



lunes, 1 de julio de 2024

Crónica para Diana Camila

 



 

Un año y medio fui tu profesor

y por vicisitudes de la vida

anunció una mañana la embestida:

el cese de funciones, sin pudor.

Dejé tu grupo y otros ¡Vaya horror!

Ahora puedo hablar de vez en cuando

contigo y otros más, crear pensando,

en el receso o de salida, un verso.

Cualquier motivo traza un universo

y toda petición, no importa el bando.

 

Una solicitud me dio un motivo

para pintar con ritmo algún paisaje

de cuánto me ha pesado este equipaje

cuando después me fui a tomar mi olivo.

Entonces recordé lo sustantivo

como un útil docente de español,

que todo es juego, todo es basquetbol.

Que mientras siga en el partido: Soy.

Que a donde vayan hoy mis dudas: voy.

Que cuando cae el día, sale el sol.

 

También el tiempo ha sido un fiel aliado

porque la paz que da la claridad

ha puesto un tono mate a mi verdad

y a los minutos, un cristal callado.

En él me miro con sosiego alado

para reconocerme sin temor.

En él, me reconozco como autor

de cierta narrativa resiliente

que premia a quien aprende y es consciente

de sus resabios, límites y ardor.


Para un docente la enseñanza es todo

y sus alumnos, la razón de ser

para asombrarse cada día… ver

cómo el futuro está, de cierto modo,

tejiéndose entre ellos codo a codo.

En el ir y venir de la instrucción

se crea un vínculo con la pasión

para tender un puente que nos guía

no sin tropiezos y sabiduría

no sin la vehemencia en un salón.

 

Y cosa aparte, debo de insistir

en una fórmula sencilla y clara:

ustedes y nosotros somos para

muchos: el rostro, voz del porvenir…

pero el protagonista… el emir

en la aventura del conocimiento

sin duda alguna eres tú. No miento

cuando repito que me enorgullece

compartir un lugar donde se crece

con un plumón en presto movimiento:

 

el de decenas, cientos de estudiantes

como Ricardo, Arantza y Carolina,

también Mayte, Antonella, Aldo y Paulina…

y la lista prosigue, no sin antes

decirles que me guardo los instantes

que cada uno me brindó. Recreos,

salones, libros, dudas y meneos…

todo queda a resguardo en una aurora

del ciclo que concluye sin demora.

Un año más de ustedes y escarceos.


© Amarante M Matus