La paradoja de lo social en lo personal

Ella nació el año
de 1985, en pleno seno de la dictadura Pinochetista. Algo de lo acontecido en
su infancia y adolescencia debió haber permeado su conciencia, porque sin poses
ni mascaras reconoce haber empezado a hacer música sin saber a plenitud la
responsabilidad social del músico como comunicador social, como portador de
discursos con contenido o crítica social, más aún, en la figura del cantautor.
Pese a ello, Camila Moreno ha negado que sus canciones sean de contenido social
o conlleven crítica social, aunque en sus letras haya rasgos innegables, claras
huellas que algunos seguimos. Camila misma comenta que la familia Moreno
“siempre fue de izquierda” y en alguna forma esto le ha influido. No voy a
contradecirla pero sí encuentro en parte de su trabajo estos rasgos que serían
de genética parrista o jarista, desde luego, en el estilo de una inquieta joven
que nació en la dictadura y ha tenido la oportunidad de vivir la transición de
su país con sus realidades.
Antes que
Camila Moreno
tiene, pues, muchas cualidades. Entre ellas, por supuesto están las de su
natural rebeldía dada su juventud; así como las inquietudes que ella misma
reconoce como muy personales e íntimas, lanzadas a la arena pública dónde
muchos las asumen como con contenido social. Tiene pues, la luminosa cualidad
de hacer canciones; canciones que son canal por donde vierte y viajan las
inquietudes de su pensar, de su sentir y de su lectura del mundo que como he
insistido en señalar es un mundo personal de búsqueda y encuentro en un proceso
donde de repente se reconoce y experimenta la presión que su misma acción
creativa le pone sin querer o sin saber: la paradoja de la mujer que compone y
canta sin la conciencia de sus letras. El canto que dice ser sin contenido
social pero si testimonial de la realidad, su acontecer que desde luego siempre
parte del universo personal.
La necesidad
Como podrán ver,
musicalmente al menos en sus primeras producciones y presentaciones, su
propuesta se decanta por los sonidos acústicos con ecos del folclor; poseedora
de una voz potente e intensa en consonancia con la guitarra que se desgarra
como se desgarra la garganta de quien raspa sus cuerdas conmueve y conquista,
atrae y atrapa, gusta o sacude pero ciertamente provoca cosas en quienes la
escuchamos. No es fácil de digerir pero si interesante de explorar, Camila
Moreno, nuestra joven cantautora chilena. Me despido pues, con un tema más en
tono moderno, con mucha mayor producción que los anteriores y cuya letra es
menos social, sí, pero no con menor profundidad... de su último disco Panal
escuchemos lo siguiente
Te quise