Espejismo
invernal
Ayer te vi
a lo lejos…
llevabas
el cabello oscuro
enredado
en tu mano
—algún
secreto compartían—
detuviste tu
andar apenas un instante.
Eras
contraste de colores
con tu
bufanda cálida y morada
reposando
en el alba de tu faz
el sweater
negro
y tu blusa
violeta
calles
aparadores
y
edificios
se
congelaron por segundos
para mirar
de cerca
la blanca
intensidad de tu lindura
después
seguiste tu camino
y como en
las historias de Gabriel
te
llevaste contigo todo el aire
con la
gracia de tus pasos;
y tu piel
blanca, ahora sonrosada
por el
frío invernal,
me dijo
adiós querido caballero
y me sonrió
y me sonrió
mientras,
seguí
embobado
mirando
cómo te alejabas
con la
videoteca musical
que ponía
tu imagen a moverse
con la
pista de Ivory Joe Hunter.
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