EUGENIA: COLOR EN EVOCADORA VOZ*
No recuerdo el año exacto pero corría el primer tercio de
los 80’s cuando un inquieto comunicador, Ricardo Rocha, estrenaba el programa
nocturno más exitoso de esa década En Vivo. No descubrió el hilo negro,
Buenos
días con Don Luis Carbajo a la cabeza fue el pionero y la competencia de
su pupilo Rocha en la televisión que invitaba a desvelarse.
Me gustaba recostarme en las
pompas de mi viejo a mirar las novedades musicales que por esos años
encontraban en ese espacio una vitrina que difícilmente en otro lugar del
espectro les daría la penetración de ese canal, que todavía no era el de las
estrellas.
Ahí escuche por primera vez a
varios trovadores en voz de sus juglares: Guadalupe Pineda, Carlos Díaz Caito,
Martha Isabel, Nacha Guevara, Tania Libertad… andaría por los 16 y
definitivamente mi lealtad con Jennifer del canal del Casco de
Santo Tomas, una de los mayores atractivos de Don Luis y su programa, la troque
por el desfile de voces de todos esos intérpretes, que tenían como denominador común
un repertorio que incluía a trovadores como Silvio, Pablo, Amaury, Chico
Buarque, Marcial Alejandro, David Haro, Joan Manuel Serrat así como poesías de
Benedetti y Villaurrutia.
Cada viernes me colaba a la recámara de mis viejos y encendía la
tele (era la única) para ver con qué nueva sorpresa me topaba. Mi viejo era
buenísima onda pero hubo días en que casi me saco a patadas de sus aposentos
con sus maldiciones porque no le dejaba dormir y al día siguiente había que presentarse
a chambear.
En la calidez de aquel cuarto
conocí a la mujer que más me ha llegado con su voz e interpretaciones; la mujer
con el cabello más hermoso y negro cayendo sobre sus siempre mágicas expresiones
en piel canela con marfil destacando su
sonrisa. Ahí escuche a aquella joven que dejaba Sanampay para aventurarse en la
carrera del solista.
Unos años después, 1991, a una
firma de autógrafos que acudió para promover su más reciente álbum, “Juego
con fuego”, a la Comercial Mexicana Mixcoac, me presente con todos mis
platos para que me los firmara. Nunca voy a olvidar su cara cuando nos vio con
todos sus discos en las manos de mis amigos y las mías; menos aún, del beso que
me plantó cuando supo que yo era por quien Pacha, Oscar y Juan se acercaban
pidiendo lo autografiará a nombre de Gonzalo o Chalo. Y si el Alz apareciera
está la foto que congelo esos instantes en las instantáneas de la época.
Les presento tres delicias de sus dos primeras producciones
que siguen tan frescas después de casi tres décadas: “Así te quiero” de 1983 y
“Luz” de 1984. Una más de “Maradentro”
de 1988.
Los dejo pues… con Eugenia León.
* Algunas imágenes han
sido tomadas del perfil de Eugenia León en facebook
Linda historia, maravillosa experiencia. Gracias, Caballero de la noche...
ResponderEliminarGracias a usted, anónimo de la tarde en esta madrugada de viernes, por pasar a visitar este sitio.
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