que golpean
el credo, copado por la muerte
y la estulticia
humana que remató su suerte
en el
rencor añejo de las cruzadas crudas.
Una
caricia tuya calma mis inquietudes
que se
parten en dos con tanta confusión
por el malsano
ruido que aturde el corazón
y solo nos
presenta los cientos de ataúdes.
Una
palabra tuya convoca a la esperanza
puesta en
el bravo niño que abdica del adulto
porque no
cree en causas, ni en el falaz indulto
que
otorgan los gobiernos sin fiel de la balanza.
Intuyo tu
presencia en medio del horror,
no sé sí
te condueles o te da por mirar
cómo es
que nos odiamos y teñimos el mar
de un rojo indiferente que consiente el dolor.
© Amarante M Matus
* Ilustración de Dia Aziz Dia
* Ilustración de Dia Aziz Dia
Me quedo con la última línea: renunciando a matar tanto dolor.
ResponderEliminarUn gusto leer tus poemas Gonzalo.
Abrazo.
Gracias Gildardo, te agradezco mucho esta huella.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.