martes, 30 de septiembre de 2014

El desamor venció el tiempo




Cuántos besos desperdiciamos
con los labios más predispuestos a discutir
que a pugnar por el encuentro.

Cuántos desencuentros aleatorios
de variables sobre la misma constante:
el irreconciliable sueño individual
que nunca confluyó en dos
porque los sueños de dos nunca empataron.

No me cansé de esperar por ti
así como no te cansabas de desesperar,
hasta que el tiempo se cansó de nosotros
y nuestra luna roja se puso a sonreír
porque le dimos más talk shows ardientes
y menos ardientes noches

le dimos más razones al desamor que al amor
y al desamor le abrimos las puertas
quien presuroso, oportunista,
se nos metió en el cristal ocultándose en la arena

confundiéndose con las estaciones
nos impidió el renacimiento de octubre

se adelantó el invierno,
y el frío... se puso a orar por nosotros.


© Amarante M Matus

13 comentarios:

  1. Grandioso poema: la presistencia de la memoria, la fugacidad del tiempo.

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  2. Genialmente triste, pero hermoso, de una delicadeza y fragilidad que duele. Muchas gracias amigo. Nos leemos. un beso

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    1. María del Mar, gracias compañera. Me da gusto leerte por aquí.
      Un beso.

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  4. Difícil el equilibrio de la balanza. Dónde queda el yo, dónde el nosotros. Unas fronteras caen, otras se alzan. Nacemos solos y morimos solos, si hay algún amor que tienda un puente entre una orilla y la otra, podremos besar al sol a medianoche. Un abrazo.

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    1. Muchas gracias María José por esta reflexión tan bella y humana. Me guardo esta imagen en el alma;

      "si hay algún amor que tienda un puente entre una orilla y la otra, podremos besar al sol a medianoche"

      Un beso compañera.

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  5. Un poema que despliega una enorme sensibilidad, nostálgico, profundamente humano.
    Qué complejas son las cuestiones del corazón y vos las bordaste en tus versos, Gonza, me encantó, un abrazote, compañero.
    Compartido.

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    1. Me gusta tu lectura Mirella y agradezco profundamente tus palabras. Si que hay mucha nostalgia en estas letras, en realidad en mucho de lo que escribo pero en este poema especialmente, si que la hay.

      El corazón es un verdadero galimatias mi bella Mirella y con todo eso... que bella es su energía, como sus golpes.

      Te agradezco la huella... un beso allende el sur de nuestra América

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  6. Silvana Pressacco:
    Ya te lo comenté amigo, no sé bien por donde, pero creo que todo tiene su tiempo te decía, hasta el desamor...seguramente tiene su fecha de vencimiento.


    Gavrí Akhenazi:
    Creo que tendrías que revisarlo un poco, para que te quedara totalmente prolijo Gonzalo. Es un poema triste, de triste calma, como cuando el desamor se termina aceptando y razonando y uno entiende que no hay más remedio que dejar las cosas así.
    Por ejemplo, con lo de revisar me refiero entre otras cosas a:
    Cuántos besos desperdiciamos con los labios más puestos a discutir que A pugnar por el encuentro.
    Y donde pusiste "puestos", quizás fuera dispuestos o predispuestos, por ejemplo


    Mirella S:
    Qué buen poema Gonzalo, te dejé un comentario en el blog.
    Me llegó mucho la serenidad de la voz al comprender que ya no hay más amor, que se gastó en "talk shows" y menos en besos.
    Un gran abrazo, compañero.


    Ayla Michelle:
    Me gustó. Me hizo pensar este poema. Cuando la relación es tormentosa, quizá la separación se recibe hasta con calma. Y cuando la relación es apasionada pero fluye, a veces la separación puede ser terrible. En cualquier caso prefiero eso: la expresión de las emociones en toda su intensidad. Sean como sean. Prefiero las relaciones intensas y la gente apasionada. Es evidente que soy así, sólo hace falta leerme un cuarto de hora para darse cuenta, juaaas.
    Abrazo.


    Morgana de Palacios:
    Cuando está el cristal por medio me da temblona Gonzalo (ynomerío) una, porque amor y desamor siempre van unidos y dos porque es muy difícil enfrentar el desamor cuando el objeto de deseo es inasible, tú sabes...
    Por ahí, por el virtuo, se me fueron los pájaros desamorados.
    Me gustó mucho el poema, mi querido mex.

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