(David Ho Dysney + Poster - The experiment)
De niño, las caritas de los
embajadores Disney sobre las paredes del cuarto me hacían gestos, asustaban el
sueño. No eran precisamente amables, más bien traviesas, algo perversas. A
pesar de ver sus historias cada tarde con singular alegría, cayendo la noche
ellas puntuales empezaban con sus rituales que pinchaban justo en el miedo tan
pronto mi madre nos daba la bendición y apagaba la luz de la recámara.
Hoy las madrugadas son distintas
porque ya no hay inquilinos que duerman sobre la pared sino visitas que llegan
desde algún arcano. Vienen a saludar, son afables y entrañables porque se trata
de mis abuelos, mis padres, una tía y mi novia. Son frecuentes invitados.
Vienen a recordarme que no estoy solo y que un día nos reencontraremos, mientras…
conversamos durante horas que me parecen apenas unos minutos.
Sí de chaval hubo noches para el
olvido tocadas por la oscuridad de una legión de caricaturas animadas por
cierto temor; hoy. hay despertares con un vivo recuerdo de mis ausencias antes
de su fuga al alba dejándome algo de luz.
Amarante
M Matus
excelente cuñis, si bien es cierto que como dices los dibujos de disney o los muñecos daban miedo al apagar la luz, ya sabes para que los cuidaramos mi mami me decìa que en la noche nos hacian lo que nosotros les haciamos, o sea, si les jalabamos el pelo, las muñecas nos hacian lo mismo, asi que al apagar la luz, el miedo se apoderaba de nosotras, ahora como tu dices, ese miedo ha pasado y ahora la luz de nuestros sere queridos vienen a acompañarnos y darnos un poco de su luz...gracias por hacerme recordar!
ResponderEliminarMi querido caballero de la noche, este me gustó bastante.
ResponderEliminarMuchas gracias mi anónima (ni tanto verdad) super chica.
EliminarA la orden.