No
había noche que no quisiera soñar contigo. Muchas veces te encontré vagando por
mis sueños e intenté no regresar con el día.
Cuando
despertaba, —con el ringggg de aquel aparato viejo que conservaba porque fue un
regalo tuyo— le confiaba a mi fiel compañero cuánto anhelaba no abrir más los
ojos para prolongar nuestros encuentros.
Una
madrugada mientras te buscaba, como era mi costumbre, unos extraños me
invitaron a tomar un café. Acepté, y al pasar a su misteriosa casa intuí que nunca más
podría salir de aquel raro lugar. La puerta se desvaneció y las ventanas se
llenaron de gris concreto.
A la
hora en que cotidianamente sonaba el despertador, éste no timbró y mi amigo
no paró de ladrar aquella mañana de cuyos muros parecía salir un grito de
auxilio y tú… tú ya no me escuchaste.
* La imagen es de David Ho
De niña, siempre me decian, que no me fiara de los extraños!! Es un buen consejo.
ResponderEliminarNi en los extraños de los sueños hay que fiarse porque incluso ellos te podrán robar lo que en tus propios sueños encuentras.
EliminarGracias por leer.
Caray Cuñis, muy triste relato, un hombre que no regresa y un perrito esperándolo!!!!!!!
ResponderEliminarAdemás de perder la posibilidad de encontrar a la mujer amada en el único espacio donde le encontraba.
EliminarUn abrazo y gracias por el comentario.
Vivir en sueños y soñar en la 'realidad'
ResponderEliminaresta paradoja me encanta, y como la planteas,
es intensa, angustiante, caótica...
Buenísimo el relato.
Saludos
De nuevo gracias muchas Alma. Me gusta mucho la lectura que has hecho, las inferencias de la misma y la forma de definirla porque me parece muy atinada.
EliminarMe da muchísimo gusto encontrar por este espacio alguien con tu sensibilidad. Prometo visitar muy pronto tu casa de letras que si no recuerdo mal es un oasis para el alma como tu nombre.
Un abrazo y gracias por leer.
Estos días lluviosos, que antes me parecían maravillosos e interminables, hoy quisiera que duraran solo un suspiro, un suspiro que enceguece mi vista y nubla mi mente, un suspiro que aleja de mi la imagen del ser amado, un suspiro que evita secar los plumajes tan coloridos con que te cubres, solo eso nos separa, un suspiro, Gonza.
ResponderEliminarTe amo Salomon.
Tiene dos... como se puede decir vertientes? Es secuestrado, pierde a la mujer de su sueños y ah su perro, pero también el perro y la mujer son parte del sueño, y el secuestro a la vida y cruel realidad, despierta a la realidad. te transporta a ello bueno a mi, y te hace manejar la imaginación.
ResponderEliminar¡Enhorabuena! Es muy complejo decir tantas cosas y tocar tantos temas en tan pocas palabras. Según mi lectura: Amor (mujer), amistad (perro), felicidad (sueño), realidad (despertador), y los extraños (aquellos que secuestran nuestros sueños).
ResponderEliminarMuchas gracias por tan sorprendente lectura Víctor. Encantado con las derivaciones simbólicas que amablemente me regalas y en cierto sentido desglosas.
EliminarMe alegra muchísimo tu lectura y agradezco profundamente cada palabra, así como te hayas tomado el tiempo de leer este relato.
Un saludo y nuevamente gracias.