Cuando Chava pidió informes al doctor sobre el resultado de la
operación a Aurora, sus ojos se llenaron de lágrimas. De golpe, se hizo consciente de
cuánto ignoraba ella de él y del poco tiempo que disponían.
Desde el momento en que Aurora estuvo lo suficientemente lúcida como para
disfrutar cada historia que Chava se dedicó a contar con la devoción de Sherezada, las zonas
ignotas en tantos años de convivencia se fueron llenando con el cariño que él puso, Chava, en cada relato; cada día, de los últimos días, él llenó de luz las zonas ocultas de su vida hasta que el alma de Aurora le
dijo adiós a la de él.
Son muy conmovedores tu microrrelatos. Tienes una gran sensibilidad.
ResponderEliminarPara escribir se necesita estar dotado de alma, lo que no todos tienen, y eso se refleja en tus textos.
Gracias Quique, como te habrás podido imaginar hay algo de autobiográfico en algunos, especialmente en este.
EliminarGracias por los comentarios ¡Son siempre bienvenidos y muy agradecidos!
Menos mal que aún no era demasiado tarde...Quizás nos demos cuenta demasiado tarde de cuánto necesitamos a alguien y que poco la conocemos...
EliminarAsí es Midala, muchas veces somos tan celosos de la privacidad e intimidad o luego ni eso, francamente es indolencia y en situaciones críticas un chispazo nos concientiza y hay tiempo para hablar sobre ello.
EliminarGracias por pasar a dejar un comentario y por tu tiempo.
Un abrazo.
Pienso que los extremos no son buenos. La privacidad y las relaciones han de ser equilibradas, compatibles y en dosis exactas. Los limites son claves para disfrutar de las cosas...
ResponderEliminarEn total acuerdo. Hay historias, vivencias o relaciones que se van a la tumba con sus protagonistas. De las que denominamos inconfesables. Pero hay otras que son luminosas y se pueden compartir y nos las guardamos.
EliminarEs bueno no extralimitarse en la confianza salvo en el contexto adecuado. Pero es igual de importante fijar bien los límites y no ponerse camisas de fuerza en las relaciones.
Un placer tu visita Marybel.
Un abrazo y gracias,
El tiempo es tan estricto con nosotros, lo podemos amar y odiar a la vez y tal pareciera que el también siente ese dualismo hacia nosotros, abrazos Gonza
ResponderEliminarSí, nuestra relación con el está marcada por ciertos códigos de emociones y estados ambivalentes: amor odio, prisas paciencia, pasión apatía, serenidad ironía...
EliminarUn abrazo Alejandra, gracias por estar por aquí enriqueciendo este espacio.
Es una historia con una fuerte carga emotiva. A veces no somos conscientes de lo alejado que estamos de nuestros seres queridos. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias Gaby, así es. Afortunadamente hay momentos que nos permiten ver que tenemos aún oportunidad de enriquecer la mutua relación con algo de sana y positiva intimidad.
EliminarMuchas gracias por tu tiempo y el regalo de tu comentario.
Un relato intenso y conmovedor que invita a la reflexión. Me quedo por aquí.
ResponderEliminarSaludos.
Muy agradecido por tu tiempo y tu lectura Ayla.
EliminarFuerte abrazo.
Condensar una emoción o un sentimiento en el espacio dos párrafos no es fácil. Mucho menos reflejar ese contenido en una estructura interna coherente. Tú consigues ambas cosas: transmites con el tema y lo defiendes bien estilísticamente.
ResponderEliminarGracias Juan, aprecio mucho el comentario y la generosidad de tu tiempo y tu lectura.
EliminarSaludos.
Hola. Es impresionante que conviviendo juntos, las personas desperdiciamos momentos para conocernos a plenitud, compartir. Llega un día, cuando de pronto, estamos frente a un acantilado, allí, brotan todos los vacíos, lo que no se hizo, lo que ha debido hacerse, algunos tienen la oportunidad de rectificar como el caso de Aurora, otros no, la muerte les sorprende sin preámbulos, luego, todo lo que se pospuso, ya no se podrá completar. Excelente, como siempre, saludos, Luna
ResponderEliminarMuy grata la lectura que me has regalado Luna. Aunque nunca es suficiente el tiempo siempre tener oportunidades es reconfortante. Oportunidades para llenar vacíos, conocerse y conocernos mejor.
EliminarUn abrazo amiga.
Me toca de cerca esta historia, hay calidez y mucha humanidad en ella. Comparto.Un saludo
ResponderEliminarMi agradecimiento para ti María José.
EliminarSaludos.